Una sombra en la batalla.
Tan solo un atisbo de luz en medio de la oscuridad, suficiente para marcar un foco en su silueta. El sonido del hierro con el roce del suelo, combinado con el inerte sonido de unas gotas de sangre que caen lentamente. "¿Cuántas batallas inesperadas caerán sobre mi alma?..." Una vez más aparecen los demonios, en busca de un corazón de fuego: es su turno. Se desliza entre ellos empuñando su gran espada, convirtiéndose en una sombra; siendo uno solo con la oscuridad que le rodea.