Después de tanto
Y cuando ni las llamas que se muestran de vez en cuando sobre el cielo, son capaces de calmarme, sé que algo no está bien. Son la advertencia que me recuerda lo que llevo en mi interior, lo que es renacer de las cenizas envuelto en un vigoroso fuego. Ahora las llamas son azules, temerosas, sin querer avivarse en exceso, por el miedo que otorga un camino desconocido, donde se puede encontrar con a saber qué, lo cual termine por apagarlas por completo. ¿Renacer?, ¿cuántas veces seré capaz de volverlo a hacer? Ciertamente no lo sé. Desconozco el guerrero que aguarda mi alma, pues pese a mis numerosos lamentos, mi voluntad fue un efímero apoyo hacia el tiempo; maestro, en encargarse de cicatrizar heridas, y de forjar recuerdos. Son éstas llamas azules las que esperan aquello que termine con ellas, que las avive de nuevo tornando ese gélido color en un rojo vivaz; esperan al amor que derrita totalmente el hielo que envuelve mi corazón. Y después de tanto tiempo, falta poc