Lucha

El cielo parece ser cubierto con un manto oscuro que lo envuelve todo, y hoy no me siento con fuerzas para crear fuego; me dirijo al lago en el que me podré limpiar la cara bajo la luz de una luna que, pese a no estar en plenitud aporta la suficiente luz. Me quedo hipnotizado frente a los reflejos del agua. Una vez sentado, me limpio la cara de las pinturas negras que nos caracterizan, a nosotros, a nuestra lucha; una lucha que, mis acestros se empeñan en continuar, pero que desde pequeño yo no quiero predicar, pues, esos monstruos y demonios tan solo nos hacen daño mental, y estoy cansado de luchar para no ser sacrificado ante creencias que no siento en mi corazón.

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