la chapelle

¿Recuerdas cómo la luz del sol cobraba vida a través de los colores que le ofrecieron las vidrieras de la capilla? Era magia. Siempre está en mi mente cuando quiero perdonar, o encontrárme.

También observé puertas que atravesé, y en ellas me vi encerrado en la oscuridad ante proyecciones del dolor que me transformó.

Me abracé a mi mismo y cerré la puerta dejando un atisbo de luz en esa habitación, sabiendo que crecería, sin rumbo, sin tiempo, seguiría adelante.

Sin rumbo vi mi barco, y así deseé que se mantuviese; pues lo vi hundido cada vez que planeaba llegar al oasis. Ahora atravesaba las tormentas con firmeza, admiraba la calma del océano con el cálido matiz del atardecer.

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